No hacen falta grande explicaciones para identificar lo que es un burro o un asno, este animal cuenta con la popularidad suficiente para ser reconocido por la mayoría de personas en el mundo. Es en muchísimas ocasiones utilizado para hacer referencia a la estupidez humana, sin embargo este animal puede llegar a sorprender a muchas personas pues dista mucho de un animal torpe o tonto.
Este animal domestico perteneciente a la familia de los équidos ha representado desde su domesticación un punto de apoyo importante al hombre, sobre todo cuando los procesos de agricultura no se encontraban tan tecnificados y era necesario utilizarlos como método de tiro para ciertas herramientas agrícolas.
Características de los burros
Muchas personas creen que los burros son alguna especie de caballo mezclado con algún otro tipo de equino, y esta confusión muy probablemente se debe a los diferentes tipos de híbridos que se han obtenido producto de la mezcla de este animal con el caballo domestico. Es necesario destacar que los burros son una especie que actualmente solo se divide en salvajes y domésticos. Su tamaño es muy variable, pudiéndose encontrar especímenes que van desde los 0.9 metros hasta 1.4 metros a la altura de la cruz, el color más común que se puede encontrar es el gris, aunque existen también en tonalidades pardas, blanco y negro.
Al preguntarte como son los burros quizá una de las características más importantes que pueden venir a tu mente son sus grandes orejas, las cuales al contrario de ser un defecto o un estorbo para el burro le ayudan grandemente a percibir los sonidos y regular su temperatura. Su longevidad es también muy característica, viven más que el caballo promedio, llegando a vivir hasta 40 años.
¿De qué se alimentan los burros?
Al igual que los caballos, los burros son herbívoros, esto quiere decir que se alimentan exclusivamente de materia vegetal, por lo que un equilibrio entre la fibra consumida y proteína es la mejor opción para mantener a un burro sano y bien alimentado.
Los pastos o forraje es parte de la materia verde que los burros deben de consumir a diario, esta cantidad de fibra les ayuda a mantener su tracto digestivo sano al igual que su flora bacteriana. De igual forma el acceso a la cantidad de proteína, minerales y agua, representan en su totalidad una buena dieta. Esta proteína puede provenir de muchas fuentes, aunque en muchos de los casos es proveniente de piensos especializados, así como de ciertos forrajes con cantidades representativas de proteína. Un exceso de proteína en la alimentación de estos animales suele causar problemas digestivos que se ven reflejados en diarrea difícil de controlar, por lo que asegurar una fuente de celulosa es indispensable como lo hemos explicado con la materia verde y la materia seca, siendo esta última el forraje que es almacenado en forma de silos para su consumo posterior.
La dieta de los burros no es un proceso complicado si se tiene un control adecuado de los ingredientes que componen dicha dieta, en muchas granjas o criaderos se les deja pastar gran parte del día y luego son suplementados con pienso, así como también vitaminas y minerales.